"No quiero ser esclava de mis pasiones, quiero vivirlas, sentirlas, disfrutarlas"

miércoles, 1 de agosto de 2012

Hoy hablaré de mi




  Hoy hablaré de mi, y de mis noches onanistas, porque sí, porque me da la gana, hablar de uno mismo requiere grandes dosis de vanidad y no sé si tengo tanta pero lo voy a intentar, hoy le daré una oportunidad al narcisismo y así de paso me conocéis.

  Os hablaré de la suerte que tengo pues veo la luna desde mis sábanas, su luz se refleja en mi cuerpo desnudo dándole una tonalidad cerúlea, campo de dunas, cuerpo de diosa venido a menos, se que aún estoy muy bien porque amantes no me faltan, algunos me llaman devorahombres o rompecorazones pero se equivocan, ni lo uno ni lo otro, no me como a nadie, prefiero derretirlos con mis besos.

  ¡Ay! estas noches estivales con la suave brisa mimándome, es casi inevitable que termine acariciándome, me gusta empezar por los pechos, redondos, llenos, con un pezón pequeño prieto y receptivo, una pasada y se ponen firmes, como soldados listos para la batalla, nadie los toca como yo, las tetas no se pueden aplastar, hay que rodearlas, sopesarlas, cubrirlas por entero con la mano hueca si caben, amasarlas con suavidad, juntarlas, pero nunca chafarlas, si algo me falta es llegar al mugrón con mi lengua, llego en una posición tan forzada que deja de ser estimulante, y pellizco esos bultitos pinzando mis pezones entre los dedos que sobresalen altivos entre ellos.

  ¡Cuántas manos torpes los han tocado!

  Manos que no saben que son uno de los mayores puntos erógenos, estimulas los pechos y notas la sangre fluir por todo tu cuerpo en dirección a los genitales, algunos hombres les dedican un minuto y después se olvidan por completo.

   Y de ahí mis manos resbalan por mi vientre, y acaricio mi contorno de guitarra, de reloj de arena, enredo mis dedos en el piercing del ombligo, imaginando que es una lengua jugueteando con él y me estremezco porque se que es paso previo y que desde el ombligo esa lengua imaginaria más pronto que tarde trazará una linea excitante hasta mi templo, y continúa el paseo de mis manos y ahora se deslizan entre mis piernas torneadas por donde corre un río sinuoso....

  Y el delta...

  El delta es para perderse entre sus pliegues y no querer encontrar la salida, chupo mis dedos cogiendo entre ellos una dedada de saliva y los deslizo por mi sexo depilado....

  ¡Es tan suave!

   Y de entre mis labios mayores sobresalen desiguales sus hermanos menores como crestas de gallo turgentes, tiernas y mulatas, por ahí resbalo mis dedos empapados y noto una corriente nacer de mis entrañas y recorrer todo mi cuerpo, el dedo índice abriendo un surco entre mis labios y despertando a la bestia, que sale de su abrigo, desnuda, sensible, según como irritable, al principio hay que ir despacio, encharcarla, le gusta la humedad, como un caracol saliendo de su casa tras la lluvia, despacio pero sin dejar de acariciarla, de anegarla en las babas de una boca ficticia que son mis dedos.

  Es en este momento cuando no puedo dormir y empiezo a acariciarme cuando cierro los ojos y revivo cada momento a tu lado, es como un hechizo, el más poderoso que es amar, se que la pasión es una reacción hormonal, un impulso corporal que no responde a la razón, sino al deseo, a la lujuria aderezada con un poquito de adicción, la adicción es capaz de cualquier cosa con tal de seguir alimentándose.


   Y busco entre los pliegues de mi piel los recuerdos de otro tiempo, y me imagino tu lengua paseando por mi clítoris mientras me miras con tus ojos negros, me sueño cogiéndote la cabeza entre mis manos y apretándola contra mi sexo y arqueo la espalda como en un paso de break dance y ese latigazo de placer que termina en mis labios entreabiertos con un gemido interminable. Mis dedos van ahora más rápido, mi botón mágico es insaciable, ya he llegado al límite, a los confines del placer, un paso más y no podré frenarlo, paro un segundo, pues no quiero que acabe aún, últimamente hasta masturbarme me asusta porque en cuanto termino desapareces de mi cabeza, así que para prolongar un poco más tu presencia rebusco en el armario un sustituto de tu miembro.

  Y ahí está él, nunca tuvo un gatillazo, nunca me falló, siempre dispuesto a complacerme y chupo el rosado juguete de látex, cada rincón pues quiero que esté bien empapadito y cuando lo doy por bueno lo meto entre mis piernas y empiezo a descender lentamente, mi mano no deja en ningún momento de acariciar mi clítoris, estoy sobre él, yo domino, y vuelvo a traerte a mi cabeza y me imagino retozando sobre tu polla y cada vez salto más rápido sobre ella y sigo apretando con mis dedos el botón, hasta que una de esas visiones de mi cabeza te imagina pegado a mi, clavándomela y mirándome a los ojos. 

  ¡Que bien nos acoplamos! 

 Y empezamos ese baile donde los dos conocemos los movimientos, como una llave en un paño entra a la perfección hasta el fondo, siento la presión de tu miembro, mi corazón se acelera, mi respiración también, el clítoris a punto de evaporarse al Nirvana y sueño tus besos tibios y ahí si que ya no puedo resistirlo y entonces me dejo ir, mi cuerpo se tensa un segundo antes de que la paz y el placer invadan todo mi ser.

  Acabo de hacer el amor con la persona que más quiero que soy yo misma y lo mejor, al terminar puedo darme la vuelta y cerrar los ojos sin tener que socializar ni decir te has portado, ni tengo que pensar en nada que no sea el propio placer proporcionado.

  Buenas noches.
 


2 comentarios:

  1. Eres muy sensual, como me gustaria estar en el sueño de una mujer. Me encantaria poder recorrer con mi boca tan excitante venus, es de los que me gustan, de los que se humedecen rapido, ya que recrearme en el me encanta. Me ha encantado este relato. Besos.

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  2. Realmente eres una mujer excitante es fácil imaginar como disfrutas ver tus ojos entreabiertos tus pezones duros como almendras y tus manos acariciando tu cuerpo una imagen que queda grabada

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