Hoy me desplazo a más de 50 km en busca de un abrazo, es un urbanización apartada, estoy conduciendo por una carretera de curvas, la zona es boscosa, pienso que luego tendré que volver de noche y decido reducir la velocidad e ir con más cuidado, si me mato que sea al volver, ahora no me lo puedo permitir, ahora voy en busca de uno de esos momentos de dicha, lo sé, me he vuelto especialista en coleccionar momentos, me miro en el retrovisor, estoy perfecta la felicidad ha empezado a inundarme y se me nota, voy a por mi abrazo prometido ese que tanta falta me hace, teniendo claro mi objetivo no me ha costado nada escoger a la persona más adecuada, a C.
C es un fanático de la escalada, así se define el mismo, desde que nos vimos hace unos días en la playa nuestro deseo se ha centuplicado. Sus pectorales me recuerdan al increíble Hulk y la envergadura de sus brazos abiertos no tiene nada que envidiar a la de un águila real planeando, cuando me ha envuelto con ellos he sentido que desaparecía en la inmensidad de su pecho, cuando le he pedido que me apretara un poco más y he notado su potencia en mis huesos a punto de crujir un haz de energía ha colmado mi cuerpo, de luz, de vida, de valor, de aliento.
En todo momento me ha hecho sentir princesa, y puta, si, muy puta también, aunque tengo que reconocer que nunca me habían sorprendido así y eso que una servidora ha vivido.
Al aparcar delante de su casa siguiendo las indicaciones del Gps miro por última vez el móvil antes de picar al timbre, 6 mensajes, los leo....
_Aparca delante
_No ocupes ningún vado de los vecinos
_La cancela verde de la calle te la dejo abierta
_Entra...
_En la puerta blanca de dentro empuja, detrás estaré yo.
_Espero que te guste lo que te he preparado
Me pongo muy nerviosa, camino temblando, empujo la puerta verde y la cierro tras de mi, sigo andando por el jardín de la casa, a mi izquierda una mesa de teka y cuatro sillas bajo un porche, no veo nada más, tan sólo una puerta blanca al fondo, me concentro en ella, la empujo, despacio a cámara lenta como si fuese una película de terror y estuviese entrando en el mismo infierno.
Lo primero que veo es un pasillo largo salpicado por velas en el suelo insinuando el camino al pecado, está todo oscuro, abro más la puerta y entonces apareces, guapísimo, con una sonrisa espléndida me recibes y lo primero que hacemos es juntar nuestros labios, tantos días deseando estos besos, tropezamos un poco con los dientes nuestras bocas no se conocen, en seguida nuestras lenguas se enroscan, me empujas un poco violento contra la pared y me aprisionas con tus pectorales contra ella sin dejar de besarme, te rodeo con mis brazos y cierro los ojos, en este momento no quiero ver, sólo quiero sentir.
¡Que duro estás! toque donde toque tu carne está prieta, y a la vez tierna y apetitosa, acariciarte me vuelve loba, caníbal, me apretujo contra ti demostrándote mi deseo y entonces noto tu miembro endurecido en mi vientre, ese es el principio del orgasmo que luego vendrá, empieza justo en ese momento...
Mi bolso cae al suelo con un ruido sordo, me coges por los hombros me giras y me guías hasta el dormitorio siguiendo la senda de velas, escucho una música suave que no reconozco, desde la habitación llega una luz tenue, son más velas que hay por todas partes y entonces entro y veo la cama, está cubierta de pétalos de rosa, en una esquina sobre la mesilla una botella de cava y dos copas....
¡Que bonito! Me encanta, te digo.
Entonces te acercas y me coges del cuello y me dices con un susurro....esto es sólo el principio....
Nos fundimos de pie al lado del lecho en otro beso fogoso e interminable y ya noto subir ese rubor desde los genitales, poco a poco te inclinas haciendo que pierda el equilibrio y que no me quede más remedio que tumbarme en la cama, al hacerlo me invade una fragancia a rosas, intento incorporarme un poco pero no me lo permites.
_Hoy serás mi puta, me dices con una voz completamente desconocida para mí, pues hasta ahora sólo hemos hablado en susurros.
Te subes encima de mi sin tocarme, aguantándote a pulso y me vuelves a besar y poco a poco desciendes tu pelvis rozando tu bulto con mi pubis, llevamos la ropa, y ahora coges mis manos con fuerza y me las juntas ladeándome y te colocas detrás de mi mientras vas lamiendo mi cuello y me das tres o cuatro embestidas que ya apunta maneras de lo que va a ser la tarde.
Me gustan los cambios de ritmo, me dices bajito al oído, y te daré así suavemente y te rozas lentamente pero presionando con fuerza, yo saco culo, para sentir tu excitación y entonces cambias de ritmo a embestidas más rápidas....Otras veces te daré así...sigues susurrándome, hasta clavártela en lo más hondo y mi cabeza viaja ya a ese horizonte en que estaré así, empalada, pero no quiero acelerarme, quiero disfrutar cada minuto, cada segundo y grabar este instante en mi cabeza y te incorporas para quitarte los pantalones, llevas un boxer rojo bastante henchido, esa visión me acelera la respiración, arriba llevas una camiseta negra de tirantes en tu magnífico cuerpo esculpido durante años de entrenamiento en la pared.
Me desatas el cordón del pantalón, te ayudo a quitármelo y se atasca en los zapatos, me incorporo a ayudarte y estiras tu mano indicándome que me tumbe y te deje hacer, y seguidamente te llevas un dedo a la boca en ademán de silencio. Con habilidad me quitas las sandálias y eso que las que llevo hoy no son nada fáciles, lo consigues y estiras de mi pantalón de vaporoso algodón blanco que cae al suelo y yo me saco la parte superior mostrándote un conjunto de ropa interior con un estampado que imita la piel de serpiente, estamos cuerpo a cuerpo otra vez y repites la operación de acercarte y acariciarme con tu cuerpo, haciendo que el deseo aumente y me colmas de besos y ahora soy yo la que te arranco la camiseta, quiero ver tu torso desnudo y acariciar tu musculosa espalda que me vuelve loca, estás muy moreno y tienes la piel muy suave.
Cuando disfrutas de una piel por primera vez la sensación es bestial, descubrir un cuerpo nuevo, ese que me había imaginado bajo la ropa y que ahora puedo tocar, chupo tus tetillas, tu pezón no sobresale si acaso noto una pequeña protuberancia en la punta de mi lengua, me gusta masajearte y lamerte.
Chupo cada recodo de tu cuerpo y tú haces lo propio, en ningún momento me quitas el tanga sino que lo apartas, cuando ya llevamos un rato acariciándonos te levantas y traes un cubito de hielo, al pasarlo por mis pezones se ponen duros como el granito, te gusta hablar durante el acto, constantemente me vas diciendo frases, como ¡Te gusta chupar eh!, o ¡Chupa puta!...las órdenes van acompañadas de azotes en el culo, a veces no puedo evitarlo pero me entra la risa, te gusta dominar ya me lo habías dicho, pero a mí también así que hemos hecho el pacto de turnarnos, llevo un buen rato cabalgándote como una amazona y me hablas sin parar, ¡Te gusta eh! me dices, me explicas que la próxima vez invitaremos a un travesti y que nos lo pasaremos en grande, o me dices que te estás imaginando que follas con una actriz porno.
Tenemos muchas horas por delante deben ser las 6 de la tarde y tengo que volver a casa a las 12 como Cenicienta, así que no hay prisa y me dejas que te cabalgue todo lo que me apetece, yo no me canso, podría estar así horas, cuando siento que me viene paro y te beso, cuando me relajo un poco y siento que esa necesidad de correrme afloja sigo cabalgando otra vez botando mis tetas ante tus atentos ojos.
Tu polla no es muy larga pero es muy gruesa, siempre he preferido el diámetro a la longitud, me la como con ganas y te lamo los huevos y el agujerito del culo que previamente he empapado de saliva y acabo metiéndote el dedo gordo hasta el fondo mientras saboreo tu miembro por todos los rincones, y no paras de gemir y hablarme.
Probamos diferentes posturas, ahora me pones a cuatro patas y empiezas a hurgar en mi culo y a dilatarlo con tus dedos y sigues hablando y me dices ¡Voy a follarte el culo! y me miras alternativamente a la cara y al trasero y me derrito al escucharte y te digo... empieza despacito....
Y sólo la presentas en la entrada, noto una ligera presión y soy yo la que me la clavo lentamente, porque lo deseo, porque el placer es indescriptible, así que empujo hasta que poco a poco noto tu miembro totalmente hundido en mi puerta de atrás, y entonces empiezas a moverte despacio, las dos o tres primeras embestidas duelen un poco para luego dar paso al placer, a la gloria y cuando ya está totalmente abierto me follas tanto y tan intensamente como te apetece y me agarras con tus manos por las caderas y me das fuerte como me habías prometido.
Llevamos varias horas follando y aún no nos hemos corrido ni tú ni yo, me doy cuenta que quieres que yo llegue primero al paraíso así que te cabalgo de nuevo hasta que llego a la puerta del jardín de las delicias y me voy con un largo gemido, y me tiemblan las piernas y noto palpitar mi clítoris y caigo encima de ti, aspirando el olor de tu cuello y me relajo.
Cuando recupero el sentido decido hacerte una mamada inolvidable y te pregunto donde quieres correrte y me dices que en mi boca y te miro a los ojos mientras chupo y sigues explicándome guarradas, hasta que finalmente descargas toda tu esencia en mi boca, en mis dientes...deliciosa.
Ummm que buena, exquisita polla lechera que lamo para no desperdiciar ni una gota hasta que la sensibilidad de tu glande ya no tolera mi lengua.
Se que llevamos mucho rato, pero no pensaba que tanto se me ha pasado la tarde en un santiamén, tengo una hora de camino y apenas queda media hora para irme. Nos vestimos y charlamos un poco en tu porche, quedamos en vernos pronto...muy pronto.
Gracias C, por esta tarde tan maravillosa.