Estamos en Madrid, en el recinto ferial, tengo unas ganas locas de llegar al hotel y quitarme los tacones, o quizá es que estoy deseando que llegue la noche.
Soy un gata traviesa, de día trabajadora eficiente, incansable, cuando sale la luna me transformo, de noche busco la pasión, busco manos en mi cuerpo, en mi sexo, busco el calor de otra piel pegada a la mía, goza cuerpo me lo he ganado pienso mientras disfruto.
Esta noche aprovecharemos, ya que estamos aquí e iremos a Encuentros, uno de tantos parques temáticos del sexo.
Me presento con un vestido plateado, casi transparente, y unos tacones de infarto, tanga y liguero, sé adonde voy y a lo que voy, entramos y nos pedimos la consumición, en seguida se nos acerca un zaragozano, es camionero, está de ruta y ha hecho una parada técnica, no me apetece con él, no le veo muy aseado y bromeando en la barra le he tocado la bragueta y no he encontrado nada por lo que suspirar, Marcos se ha ido con una pareja al jacuzzi, yo no puedo, desde que vi en un local liberal esperma de varios hombres flotando en el agua tibia y caldosa que no puedo....
Me adentro en los abismos de las instalaciones, sola, al fondo un cuarto oscuro, entro, tanteo una jaula, me meto dentro, me encierro, quepo justito de pie, el habitáculo enrejado está más oscuro que una noche sin luna, no se ve nada ni a un palmo, empiezo a bailar al son de la música, retorciéndome, sensual siempre sensual.
En seguida unas manos acarician mi cuerpo, empiezan por mis muslos y van subiendo, me quito lo que me queda de ropa que cae al suelo, me abro de piernas y noto el tacto aterciopelado de unas manos recorriendo mi vulva, mi culo, mi cintura, mis pechos, sigo bailando al compás de la música, contoneándome, me siento diosa, musa de las pajas de las manos que me soban, ahora ya son cuatro, y me agarro a la verja de hierro con las piernas abiertas, subida a esos tacones de 21cm.
Unos dedos entreabren mis genitales y empiezo a jadear, estoy rodeada de hombres que meten sus manos por todas partes pero que no me pueden controlar, quisieran comprimirme, agarrarme, domarme, aprisionarme entre las barras, y yo me dejo y me acerco a sus cuerpos, y me pego a los barrotes y dos enormes manos agarran mi pechos, y los estrujan y siento la humedad en mi sexo, pidiendo un poco más, y una mano empapada acaricia mi clítoris, mientras unos dedos traviesos me penetran.
Estirando los brazos fuera de los barrotes he encontrado dos tesoros, tengo un polla erguida en cada mano, ahora si estoy yo en mi salsa, a esto he venido, esto es lo que buscaba, jadeos, gemidos, respiraciones entrecortadas, calor, saliva, sudor, me agacho y chupo uno de esos penes erectos, hasta llevarlo a los confines del deseo, me levanto, besos húmedos, calientes, obscenos, busco besos que inunden mi sexo.
Estoy pajeándolos a los dos, ellos recorren con sus manos mi cuerpo y me atraen por las caderas hacia los barrotes y yo pego mi culo a los hierros, y una lengua se acopla a mi rajita, sorbiéndome, me estoy fundiendo en esos labios, fusionándome en ellos, y otras manos que amasan mis pechos, apretándolos, desbordándolos, y no puedo más, voy a correrme en la boca de ese muchacho y le sigo bombeando la polla con mis manos y me abandono al orgasmo, derritiéndome en sus labios y al no ver todo es sensación y sentimiento y bienestar y gloria.
Salgo de la jaula, me visto en el cuarto oscuro y voy a buscar a Marcos, está en el Jacuzzi con la pareja, me acerco y el chico me dice que entre, no gracias le digo viniendo otra vez a mi mente el semen flotando en el agua.
—Les he invitado al hotel, me dice Marcos.
—Muy bien me encanta que cuentes conmigo, pienso aunque no lo digo.
Veo a Marcos en actitud de cortejo con la chica, pero ella mira con adoración a su pareja, será lo que él quiera, y él hace rato que no quita sus ojos de mis caderas.
Nos siguen en su coche y vamos a nuestro hotel, al llegar me meto en la ducha, y el chico se mete conmigo, acabamos llenando la bañera y nos sentamos enfrentados, déjame que te follé me dice...dentro del agua no pasa nada, me lo miro incrédula pensando si de verdad se cree que me está engañando, de donde habrá salido este tío.
—A que te dedicas_le pregunto
—A criar cerdos, me contesta.
Escucha bien granjero, tienes una buena polla le digo, así que busca un condón y vamos a la cama a follar pero no abras la boca.
En la cama Marcos está con la chica en la posición del misionero, nos tumbamos al lado le pongo la goma y me penetra directamente, sin más preámbulos, pienso si no hubiera sido mejor tirarme al camionero, Julia la chica no quiere más sexo, así que se queda en un rincón de la enorme cama observándonos, consumo diferentes posturas con el madrileño, mientras Marcos se la menea y nos mira y desea a la chica que se está muriendo de un ataque de celos y el granjero tiene su polla a punto de estallar dentro de mi cuerpo, me ha puesto a cuatro patas y está embistiéndome con todas sus fuerzas como un semental, y Marcos se masturba y amasa mis pechos y yo me derrito entre las atenciones de los dos y terminamos, y estoy deseando que se vayan y quedarme a solas contigo y explicarte lo que no me ha gustado, que quiero que otro día cuentes conmigo, si ya se que es sólo follar, que más da uno que otro, pero no crees que estos dos estaban muy por debajo del listón de mínimos.
Cuando se marchan te pido que me folles, que me lleves en unos minutos al paraíso y que no me dejes caer y que me mantengas en vilo en la cumbre, a punto de correrme pero que me frenes que no me dejes llegar.
Y como tú no me folla nadie y que tontos somos a veces buscando otras emociones cuando podemos dárnoslo todo.
Ha sido un fin de semana de trabajo muy excitante, podría haber salido mejor pero reconozco que ha sido morboso y el lunes cada uno en su puesto se deleitará con las agujetas y recordando los momentos más excitantes, para mi ha sido la jaula, de un Locus Amoenus, de Encuentros.
Hola.Me ha encantado la parte del folleteo en la jaula.Que morbosidad.Espero con ansiedad más de tus calientes relatos.Besos.
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